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Salvador DalÍ
El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura. Salvador Dalí
miércoles, 14 de septiembre de 2011
ACTO II:
Somos tan raros como las calcomanías sucias y pegadas que hay en los
buces.
Discúlpame y límpiame con una servilleta blanca. Mírame y déjame
caminar a tu lado, hablando pendejadas. Porque de eso es lo que
estoy hecho, lleno de arena, de aire caliente - un globo aerostático-
y aun así, no te dejas llevar por mí a lugares inexplicables, donde no
llega la corriente y las Dianas bailan música cubana. Donde se
estacionan trenes de colores fluorescentes y las personas vuelan,
porque ya se cansaron de gritar sobre el asfalto caliente.
Yo prefiero no dormir, los monstruos sacuden mi cama. No levantarme a
las tres de la mañana y sencillo, cuando tengo sed tomar agua. Yo lo
quiero dejar, confió en los escapularios, en las estampitas bendita,
en la rosa mística; En la pantera rosa, en tío conejo, en ella y en el tigre
de las zucaritas. Porque muy dentro de mi soy inocente, al fondo le
temo al "coco”, esto es solo una fachada política, y mi pana, caemos
y nos levantamos pero siempre con la misma vaina.
Yo me perdí como jugando a las escondidas, nunca te encontré porque no
te busque. Los rulos no se enredarían, -callada- porque no hay mas
cosquillas.
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